Molino Roca nace en 1903 a orillas del Mediterráneo con un firme propósito: ofrecer un producto de la mejor calidad. A día de hoy, la segunda y tercera generación de la familia Torres sigue al frente dirigiendo el timón.
Esta empresa familiar nace de las manos del campo, de la tradición y del saber hacer. No por ello vivimos anclados a las normas, preferimos hacer las cosas a nuestra manera. Pensamos que la tradición muchas veces puede convertirse en una camisa de fuerza si no la acompañamos de una mirada contemporánea. Creemos en generar un diálogo entre generaciones a través del producto como motor de cambio en la gastronomía.
Trabajamos el producto siempre desde el respeto por sus ritmos, por el tacto de la artesanía a través de las manos del campo. Reivindicamos el valor de lo humano y de la sabiduría del campo. Porque la cultura del arroz es arte, es un bien preciado al que rendimos homenaje y ponemos en valor.
Molino Roca es una forma de vivir. Es el inconformismo y la búsqueda de nuevos caminos. Es tener los pies en la tierra pero con la mirada puesta al frente. Son procesos innovadores, es I+D, es la experimentación, es el riesgo, son las manos que lo trabajan y sois vosotros.
Renovamos la tradición y la conectamos con la actualidad. Molino Roca es una marca que aúna lo mejor de los dos tiempos: lo mejor de la tradición y lo mejor de la actualidad. Un producto que viene del campo pero con alma de ciudadano del mundo. Porque el Mediterráneo es nuestra cuna pero no nuestro horizonte.
Innovamos como clave para nuestro crecimiento. No nos conformamos en hacer las cosas como siempre se han hecho ni en seguir corrientes. Queremos dar la mejor calidad y ser pioneros en el cambio. Hablamos de frescura, de escucha activa y de explorar caminos nuevos para ser mejores.
Y es esa combinación entre inconformismo y tradición es lo que nos ha llevado a ser referentes en el mercado dentro del sector de la alta cocina. Porque la gastronomía y las recetas de ayer todavía tienen voz y fuerza para hablar a los de hoy. Porque hay formas de vivir la tradición fuera de los dogmas sin que ello signifique ir en contra de la calidad del producto. Porque para una gastronomía arriesgada hacen falta cómplices a la altura.
Alcanzan la pureza que alcanzan en sus granos de arroz por el sistema de pulido que utilizan y por la maduración del grano (cosa que pueden hacer por estar en altura, en Segorbe y no en la Albufera). El proceso del arroz se compone de varias fases muy meticulosas para alcanzar la excelencia que los caracteriza…